Si estabas pensando que me estoy despidiendo, sospechabas que ya me he cansado de machacar teclado, que esto de los blog es cansino y que pocos lo aguantan de no derivarse beneficio inmediato, negociete quiero decir, si eso era lo que pensaste al leer el titular pues una vez más -esta no es importante- te has equivocado. Una vez más en tu vida; ya te quedan menos.
Ahora el personal se despide con un hasta luego. También con un ciao simplonamente pronunciado chao. En castellano es difícil decir algo como schiaoo o similar, más dulce que el chao bronco del Madrid de Las Vistillas.
Lo de hasta luego es ¿cómo diría yo? equívoco. Alguno ha hecho alguna vez alguna llamada de teléfono generada por alguna sonrisa de despedida acompañada de un "hasta luego". Las sonrisas y los hasta luego son equívocos. La interpretación, a gusto del consumidor y fuera de la realidad, impulsó los dedos hacia el dial telefónico. Y dijeron no.
Grueso error, craso acto. No era para que llamaras, majete; era adiós. Adiós es unívoco. A veces se interpreta como muy radical. Pero adiós no es, de ninguna manera, hasta luego.
Yo, aunque sea de un día para otro, suelo despedirme con un adiós, incluso de un rato para otro. La penúltima palabra que dije a mi madre fue gracias y la última adiós.
Dios, aunque no obliga y nos deja sueltos (eso del libre albedrío de momento lo aparcamos) impone mucho y a algunos les asusta. En sociedad no se menta a Dios, no se habla de Dios, no se dice gracias a Dios, id con Dios ni mucho menos que Dios os bendiga. No se dice adiós.
En américa de los americanos de usa, o sea entre los Grandes Lagos y Pensacola, dicen God bless you en cuanto uno es de confianza y en sus transacciones económicas, en el parné, dejan claro, por escrito, in God we trust. Por si acaso.
Digo adiós, queriendo decir que Dios esté contigo, que te bendiga, que te vaya bonito, que somos una mierdecilla respiradora y excretora en el universo.
Hay otros adioses, ya sabemos, que expresan incredulidad y sorpresa, decepción. Tampoco se mentan. Ni siquiera ¡vete al diablo! Se ha perdido la mística.
Pues adiós, muy buenas.
En américa de los americanos de usa, o sea entre los Grandes Lagos y Pensacola, dicen God bless you en cuanto uno es de confianza y en sus transacciones económicas, en el parné, dejan claro, por escrito, in God we trust. Por si acaso.
Digo adiós, queriendo decir que Dios esté contigo, que te bendiga, que te vaya bonito, que somos una mierdecilla respiradora y excretora en el universo.
Hay otros adioses, ya sabemos, que expresan incredulidad y sorpresa, decepción. Tampoco se mentan. Ni siquiera ¡vete al diablo! Se ha perdido la mística.
Pues adiós, muy buenas.