11 de julio de 2014

Las vergüenzas de España: los sindicatos y la CEOE, capítulo II.

Existe vida laboral y profesional fuera de los sindicatos y sin ellos y fuera de las patronales y sin ellas. Con ellos y ellas lo que existe, básicamente, es opacidad y corrupción, prepotencia, delirio de poder y ruina moral y económica. 

Hablo de Ex-paña hoy, obviamente; de la trayectoria de los sindicatos mayoritarios y de la CEOE en, un suponer, los últimos 30 años aunque antes tampoco fueran estrictamente necesarios y me refiero a su posición intocable, a sus prebendas. 

Y es que, no se sabe bien por qué, el español mondo y lirondo ha sido convencido de que lo colectivo hace más fuerza y es más eficiente que lo individual y que uno no es nada sin un potente -en cantidad- grupo donde sumergirse e identificarse. Cosa muy rara para el simple trabajador, devenida de ideas socialistas, que finalmente sólo beneficia a politiquillos que antes velarán por sus intereses y por sus canongías que por el interés verdadero del trabajador en conflicto. Y no hay forma de escapar de esas instituciones, perras pero instituciones.

Inventados los lobbys, que no se libran de prácticas corruptas y del soborno -o sea, como los sindicatos- pero que ni cuestan al erario público ni son intocables, el sindicato tiene sentido allí donde esté verdaderamente desligado de partidos políticos, de gobiernos de turno, sea financiéramente autónomo y auténticamente representativo del trabajador y de sus reivindicaciones concretas. Cualquier otra cosa -es decir, los sindicatos mayoritarios españoles y la CEOE- tiene en su adn tendencia permanente a la confusión entre lo público y lo privado, lo individual y lo colectivo, lo propio y lo ajeno. La deriva de esa posición no puede ser otra que la opacidad y el latrocinio. Se les pone muy fácil. 

El beneficio que para los sindicatos supone la gestión de los dineros recaudados a trabajadores y empresarios por “formación profesional” es -no se me ocurre otra palabra, aunque hablando de "beneficio" no sea la más adecuada- apoteósico. 

Apoteósico en liquidez, en comilonas en buenos restaurantes, en manejo de decisiones nepóticas (perdón por el palabro, aunque me se entiende perfectamente ¿sí?) y en enriquecimientos ilícitos. Hay que acabar con la forma actual de reparto de la cuota de formación profesional, que es una cifra multimillonaria resultado de aplicar el tipo de 0,70% a la base de cotización por contingencias profesionales a la Seguridad Social. De ese 0,70%, un 0,10% se detrae de la nómina del trabajador y un 0,60% lo aporta la empresa. La mayoría de la recaudación por ese concepto, lo gestiona la denominada Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo, en la que participan el Ministerio de Trabajo e Inmigración por la Administración, la CEOE y CEPYME como representantes de la empresa y CCOO, UGT y CIG como organizaciones mayoritarias. Una vergüenza y plataforma perfecta para delinquir.

Hay que añadir que la gestión de esos fondos es absolutamente opaca, sin rendimiento de cuentas al menos desde 2008 por parte de los dos grandes sindicatos y de la CEOE. 

Para terminar, mi experiencia me dice que en el conflicto laboral personal, nada como un buen abogado laboralista... Aunque pleitos tengas y los ganes y abogado bueno, lo que se dice bueno, yo solamente he conocido uno. 

Ahora vais y os afiliais.



P.D.: existe en la internet variopinta colección de Méndez luciendo tremendo Rolex Submariner que "le regalaron" unos italianos, según dice. Don Méndez: en su caso el problema no es el origen, el insulto es lucirlo.