Creo que fue entrando la primavera del '84, o antes o después pero más o menos por ahí, cuando conocí a Antonio Metafísico Español. Un gran tipo.
Ocurrió en mi momento clarividencia. Enrique Tierno Galván largaba la frase ¡roqueros, el que no esté colocado que se coloque...y al loro! y yo comenté con mi alma gemela que ¡menos mal! que los dos teníamos trabajo! Entonces la tasa del desempleo (sobre el 24%) estaba pelín más baja que hoy pero socialmente inaceptable.
Antonio estaba a nuestra vera y pudo escuchar lo que yo decía. Antonio Metafísico Español -nuestra amistad continúa- me acompaña siempre y desde entonces, aclarándome significantes y significados, sugiriéndome caminos para hacer magia con las palabras y juegos malabares con los conceptos.
Enrique Tierno Galván, un mito en vida -capaz de frivolizar con sidas y jeringuillas que se llevaron por delante miles de jóvenes animados a colocarse por quien debería manifestar toda prudencia, mejor rechazo, frente al asunto- era un intelectual que lo mismo posaba al lado de una tipa con una teta al aire que recibía al Papa con un discurso en latín. Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus...y por ahí, él desarrollaba su fina demagogia para alcanzar mayorías absolutas. Era un gran cínico inteligente, capaz de ponerse cada mañana el disfraz de "Viejo profesor", una caricatura, papel de embalaje para vender su producto político, propaganda. Mucho ciudadano con derecho a voto se lo creyó, yo también; unos porque cuando un político nos hablaba de estar colocados creíamos que nos hablaba de empleo, otros porque más o menos les resultaba graciosillo que un vejete invitara a pillarse el ciego correspondiente. Le debemos desde el éxtasis del botellón hasta el funeral de algunos por Vallecas y vencidades. Hoy, me lo imagino diciendo "¡Bakalas, el que no esté de subidón que se suba...y al tema!". Cambian las palabras, los significantes; permanece el significado, la manipulación del ignaro, la prepotencia de la forma sobre el fondo.
Antonio Metafísico me aclaró el significado, en aquel caso, del verbo "colocar" y me explicó lo siguiente: "sucede que algunos propósitos son tan respetables como sus objetivos inalcanzables y añado que conceptos como soledad, compañía, afecto, voy a decir cariño para no decir amor -que de ser es hecho comprobable, sucesivo, irrenunciable, más que concepto- son materia verbal inconmensurable y por ello comodines de la dialéctica que valen para un roto y para un descosido. Poca cosa o nada."
Ocurrió en mi momento clarividencia. Enrique Tierno Galván largaba la frase ¡roqueros, el que no esté colocado que se coloque...y al loro! y yo comenté con mi alma gemela que ¡menos mal! que los dos teníamos trabajo! Entonces la tasa del desempleo (sobre el 24%) estaba pelín más baja que hoy pero socialmente inaceptable.
Antonio estaba a nuestra vera y pudo escuchar lo que yo decía. Antonio Metafísico Español -nuestra amistad continúa- me acompaña siempre y desde entonces, aclarándome significantes y significados, sugiriéndome caminos para hacer magia con las palabras y juegos malabares con los conceptos.
Enrique Tierno Galván, un mito en vida -capaz de frivolizar con sidas y jeringuillas que se llevaron por delante miles de jóvenes animados a colocarse por quien debería manifestar toda prudencia, mejor rechazo, frente al asunto- era un intelectual que lo mismo posaba al lado de una tipa con una teta al aire que recibía al Papa con un discurso en latín. Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus...y por ahí, él desarrollaba su fina demagogia para alcanzar mayorías absolutas. Era un gran cínico inteligente, capaz de ponerse cada mañana el disfraz de "Viejo profesor", una caricatura, papel de embalaje para vender su producto político, propaganda. Mucho ciudadano con derecho a voto se lo creyó, yo también; unos porque cuando un político nos hablaba de estar colocados creíamos que nos hablaba de empleo, otros porque más o menos les resultaba graciosillo que un vejete invitara a pillarse el ciego correspondiente. Le debemos desde el éxtasis del botellón hasta el funeral de algunos por Vallecas y vencidades. Hoy, me lo imagino diciendo "¡Bakalas, el que no esté de subidón que se suba...y al tema!". Cambian las palabras, los significantes; permanece el significado, la manipulación del ignaro, la prepotencia de la forma sobre el fondo.
Antonio Metafísico me aclaró el significado, en aquel caso, del verbo "colocar" y me explicó lo siguiente: "sucede que algunos propósitos son tan respetables como sus objetivos inalcanzables y añado que conceptos como soledad, compañía, afecto, voy a decir cariño para no decir amor -que de ser es hecho comprobable, sucesivo, irrenunciable, más que concepto- son materia verbal inconmensurable y por ello comodines de la dialéctica que valen para un roto y para un descosido. Poca cosa o nada."
Seguía mi amigo Antonio. "Un ejemplo: propósito respetable es dar acompañamiento a un anciano en su soledad, de modo especial si lo demanda, sea por necesidad de ayuda física o emocional. Digamos que, si se hace voluntariamente, sin interés y renunciando al tiempo de uno, para mi encaja en acto de amor. Lo que el acto de amor se dilate en el tiempo y satisfaga a la parte demandante, es harina de otro costal. Se sabe que los actos de amor de los adolescentes son rápidos, prácticamente instantáneos, muy repetitivos por tan inexpertos como compulsivos. Asunto de práctica, mayormente. Si mezclamos joven con anciano, soledad -la soledad profunda no tiene solución- con compañía y problema con solución, se colige que la soledad de un anciano no se soluciona con la compañía mediopensionista de un adolescente que, lógicamente, necesita sus tardes para él, de diecisiete treinta a veintidós, lejos de la aburridísima rutina del vejete."
Y aquel día de entonces, Antonio Metafísico Martínez, primo hermano de Antonio Metafísico Español, que también deambulaba por allí, añadió: "es que la gente confunde la realidad con sus deseos y calla sus conciencias con aspavientos".
Todo muy complejo cuando imponemos nuestro criterio por la coacción de nuestras palabras. Pura metafísica.
Y aquel día de entonces, Antonio Metafísico Martínez, primo hermano de Antonio Metafísico Español, que también deambulaba por allí, añadió: "es que la gente confunde la realidad con sus deseos y calla sus conciencias con aspavientos".
Todo muy complejo cuando imponemos nuestro criterio por la coacción de nuestras palabras. Pura metafísica.