Como lenguaje universal, tan simple o compleja como se quiera, "la música puede ser un medio para la rápida destrucción de la sociedad" -no lo digo yo, lo dijo Vladimir Ilich Uliánov, Lenin- pero también para curarla. A poco que uno haya pateado la Argentina, habrá tenido oportunidad de conocer algún psicólogo, incluso psiquiatra, partidario de la musicoterapia; los hay hasta especialistas ¿no es cierto?
Arrancar, como arranqué con nacido para amarte y continuar con que lo hice a mi manera es oportunista y desde luego poco original, suficientemente común y musicalmente elemental ¡qué le vamos a hacer! Lo mío en estas lides no va mucho más allá de Carmina Burana o los Conciertos de Año Nuevo, pero amo la música que cambia mi estado de ánimo, la de cualquier género.
Elegir la tercera canción, decía que no ha sido sencillo. Por supuesto no quería repetir cantante. Después de pasarme por el arco del triunfo Beatles -juntos y separados- Bee Gees, Elton John, Dylan, Abba, Bowie, Springsteen, Chris Rea, todos los italianos que llevo bien dentro (Prendilá cosí, http://youtu.be/ND0RtdvZZ_U), todos los grupos de los '80 y constatar que en los '90, pero también ahora para mi gusto, la creatividad ha bajado a niveles preocupantes, esta madrugada me he puesto almibarado, cursi y sentimental y, dado que esta entrada la voy a dejar abierta, pública, pues un pelín quisquilloso, por decirlo suave. A ver si tengo suerte y algún nazionalista cae por aquí levemente herido en su sensibilidad diferencial.
Se trataba de música ligera ¿no? Esta es mi tercera canción (*):
(*) SOLDADITO ESPAÑOL (1927), marcha (pasodoble) militar de Jacinto Guerrero, 1895-1951 (España), incluída en la revista musical 'La orgía dorada' (1928), de Pedro Muñoz Seca