Ya sé que no es la más guapa de la clase ni seguramente la periodista que mejor conduce programas de debate, pero Fernanda Tabarés me pone muchísimo. Cosa de personalidad, asunto de sugestiones.
La otra noche, durante el zapeo compulsivo consecuente de la nula oferta televisiva española, caí sin resistirme en los brazos de Fernanda: por ella, no por el contenido del programa o por interés especial en el tema, por su "appealing". Y resultó que le estaba dando sutilmente tal tunda al número 1 de Ciudadanos por La Coruña que, extasiado, no podía dar crédito y me enganché.
Las caras, mejor los rictus, de Fernanda según iba contestando el candidato Antonio Rodríguez -nuevo en esta plaza- son mucho más expresivos que cualquier repregunta o contestación a las respuestas del fenómeno. Un tipo que pega carteles con la jeta de Albert Rivera, coherentemente -no con la suya propia, como candidato a representar a los coruñeses, para que le vayamos conociendo- coherentemente, digo, una vez constatado que Ciudadanos es un partido que empieza en Albert y termina en Rivera.
La verdad, cansa mucho el discurso de la nadería, la equidistancia y el buenismo del ciudadano Rivera. Cómo y qué haría, de llegar al gobierno, distinto de lo que un pesoe razonable o pepé razonable harían es una incógnita. Lo que no harían es parte de lo que ni Europa ni España ni la maniobrabilidad de la nave de Yupi y Astrako le permitirían: el margen de actuación es pequeño aunque, por las cifras y el poder de las urnas, parezca omnipotente.
Para arriesgar en lo desconocido y elegir la inexperiencia en la gestión política yo votaría a Fernanda, aquí y en Lima se presente por Podemos o por Ciudadanos o por cuenta propia. No se pierdan el vídeo.
