Uno que se supone de los nuestros -de los amantes de la libertad y la justicia- el presidente de EEUU, Barack Obama, ha ido en plan super star a darse una vuelta por La Habana, más en concreto por El Vedado -denominación sugerente- y no servirá para nada. Su gira no va a beneficiar a los cubanos, en nada va a beneficiarle a él y puede acabar beneficiando al régimen tirano de los hermanos Castro.
Toda la isla, y las adyacentes, son un vedado a la libertad y los derechos, más allá de propósitos bienintencionados o no de Barack, de Francisco el Papa y de Mick el satisfecho vocalista, el roquero que se paseará por allá también en plan redentor, libertador y salvador dentro de pocas semanas y a base de decibelios.
La coña de Graham Green, con el argumento del espía en La Habana que reporta al servicio de inteligencia británico planos de aspiradoras como si se tratara de planos de bombas, se queda pequeña al lado de la coña de estos crédulos. Al fin y al cabo quiero suponer que una aspiradora será capaz de explotar en cualquier momento ¡bum!
Contemporizar con los Castro, suponer o imaginar un mínimo de apertura por su lado, es -en el caso más justificable- de una ingenuidad supina, lo haga el presidente USA, el Papa de Roma o el rey del rock.
A estas alturas de la tragedia lo único que cabe es el tiranicidio, la legítima defensa, el rescate de la libertad y la esperanza, nada más que aquello que todo ser humano merece: el respeto. No es que el fin justifique los medios, que no; es que estos medios, la buena voluntad echando el resto, con los tiranos solamente procura la consolidación de penalidades y exclusivamente siembra la duda entre quienes, presos en la isla, enrejados o no, apenas son capaces de soportar su propia desesperanza. Así llevan 57 años cumplidos.
http://masomenosasi-gonvado.blogspot.com.es/2014/12/cuba-el-infierno-del-paraiso-i.html
Contemporizar con los Castro, suponer o imaginar un mínimo de apertura por su lado, es -en el caso más justificable- de una ingenuidad supina, lo haga el presidente USA, el Papa de Roma o el rey del rock.
A estas alturas de la tragedia lo único que cabe es el tiranicidio, la legítima defensa, el rescate de la libertad y la esperanza, nada más que aquello que todo ser humano merece: el respeto. No es que el fin justifique los medios, que no; es que estos medios, la buena voluntad echando el resto, con los tiranos solamente procura la consolidación de penalidades y exclusivamente siembra la duda entre quienes, presos en la isla, enrejados o no, apenas son capaces de soportar su propia desesperanza. Así llevan 57 años cumplidos.
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