25 de junio de 2016

Cuando Arrecia la Tormenta

Es imposible generalizar cuando un supuesto mínimamente mayoritario (52%), se impone a su contrario (48%) máximamente minoritario. Ya se sabe que unas culturas ven el luto en blanco y otras lo ven en negro. ¡Qué le vamos a hacer! 

Tomar decisiones para aplicar normas de exclusión cuando se pueden establecer pautas o disposiciones flexibles -como así de hecho se hacía en las relaciones UK con UE- es de perfectos tarados, es aplicar el voto a un sinsentido, es retorcer y forzar la inteligencia en las relaciones humanas, es cercenar la libertad. 

El sentido de pertenencia excede con mucho de lo simplemente material. Para exaltarlo o denigrarlo se emplea la emoción compulsiva, a menudo los bajos instintos; a partir de ahí, se impulsan nacionalismos y se vuelve a la tribu mediante la secta. 

Se trata de un sentimiento, algo altamente manipulable. Así lo ha hecho en UK el movimiento partidario del "leave" frente al "remain", retorciendo estadísticas y falseando cifras económicas o proyecciones financieras. 

Creo que, cuando se amansen las turbulencias, se van a arrepentir. Especialmente las generaciones que ahora no llegan a los 50, los más jóvenes que precisamente han votado máximamente mayoritariamente a favor del "remain", aquellos que ya han entendido que pertenecer es algo más que pagar, transaccionar, subvencionar o subordinarse. 

Pertenecer es un compromiso solidario para el fortalecimiento -más somos, más podemos- de la libertad, de la igualdad y de la solidaridad. Algo que los más caducos y viejos de las islas no han entendido, algo que no pertenece a su cultura: aquella que aisla Europa cuando en el canal arrecia la tormenta.