Roble gigante con 600 años de edad |
Ellos van sabiamente contra las modas y huyendo de los momentos vacacionales masivos, como que no les apetece para nada el olor a cebolla agria de las largas colas de visitantes y embarques de aeropuertos. O sea, como los ricos inteligentes pero en plan modesto. Son de esa generación que ama sus raíces a la vez que el planeta es su verdadera patria y les gusta conocer su auténtica naturaleza, más allá de las realidades urbanas y el asfalto, visitando parques naturales y reservas en uno u otro continente.
Yago manda fotos donde alguien explica algo señalando un majestuoso roble, un ejemplar al parecer único y el personal turísta atiende a la información. Hay otra foto que es un primer plano de una inscripción conmemorativa, supongo que al pié del roble, que informa al visitante de que se encuentra ante un "roble gigante de 600 años de edad" y el texto ruega, en traducción libérrima, algo así como un silencio reflexivo por los tiempos de grandes duques de Lituania y Polonia, de emperadores rusos y otros famosos viejos cazadores de esos bosques. Del Creador y de todos ellos hemos heredado ese ejemplar maravilloso respetado durante seis siglos mientras, precisamente ahí y en sus vecindades, el hombre fue capaz de masacrarse, de las mayores ignominias entre unos y otros pueblos y, sin embargo, sobrevivir.
Yago manda fotos donde alguien explica algo señalando un majestuoso roble, un ejemplar al parecer único y el personal turísta atiende a la información. Hay otra foto que es un primer plano de una inscripción conmemorativa, supongo que al pié del roble, que informa al visitante de que se encuentra ante un "roble gigante de 600 años de edad" y el texto ruega, en traducción libérrima, algo así como un silencio reflexivo por los tiempos de grandes duques de Lituania y Polonia, de emperadores rusos y otros famosos viejos cazadores de esos bosques. Del Creador y de todos ellos hemos heredado ese ejemplar maravilloso respetado durante seis siglos mientras, precisamente ahí y en sus vecindades, el hombre fue capaz de masacrarse, de las mayores ignominias entre unos y otros pueblos y, sin embargo, sobrevivir.
Salvadas todas las distancias, aquí tengo yo algún castaño emperador en un souto cercano a mi casa, precisamente también algún roble príncipe en una carballeira camino de Puentedeume y en un teixedal detrás de Chamorro un tejo retorcido por el viento, digno de admiración, un resistente de la vida y sus contrariedades.
El mismo árbol que te protege de la lluvia repentina o del sol estival de mediodía, que te da su fruto en el otoño, que bien talado o cuando ya casi muere es capaz de calentar tus frías estancias invernales o perpetuarse en forma de poltrona. Y cuando llueve desde esa poltrona puedes contemplar, plácidamente, el milagro: cómo crecen sus hijos y se renueva su especie. También recordar, una vez más, que fue sobre madera donde se perpetró el mayor crimen de nuestra historia. Ocioso y repantingado en la poltrona, desde ella podrás escuchar el silencio del misterio de los seres vivos, el viento suave o bravío en la feroz naturaleza, las sinfonías que te acercan a Dios.