De todos los idiotas engreídos -no de todos los idiotas simplemente- que toman por idiotas a una mayoría de conciudadanos, seguramente Gaspar Llamazares y Baltasar Garzón sean el máximo exponente, por engreídos más que por idiotas y aún siendo difícil establecer el grado en uno y otro adjetivos, que finalmente vienen siendo sinónimos. No hay idiotas sin engreimiento, convencidos siempre de su inmenso valor, ni engreídos sin idiotez.
Gaspar y Baltasar, lejos de la festividad de Epifanía, han decidido entregarnos su incienso y mirra en forma de ¿partido político? ¿postureo social a modo de fundación? plataforma -ente que sirve para rotos y descosidos siempre y en todo lugar- que han denominado Actúa, en tercera persona de singular de presente de indicativo, no como Podemos, en primera de plural, denominación más colectivista y resultona.
Es de coña suponer que un tipo como don Gaspar, todo él incienso de sí mismo, activo en la mamandurria de la política o eso desde hace nada más que 29 años (1988) tenga algo que aportar a estas alturas fuera y al margen de la izquierda radical, que es el ser y estar de Llamazares, establecida por el otro Garzón en alianza de IU con la tropa podemita. Alianza que en su momento destrozó conceptualmente el "unida" para significarse y apuntalarse, nunca definitivamente, como izquierda.
Del compañero de fatigas Garzón, don Baltasar, me sorprenden dos aspectos: su capacidad prevaricadora y su resistencia. A ese hediondo ex juez no se le aparta del paseíllo social y el afán de protagonismo ni con agua hirviendo. Lo tenía fácil Gaspar en esta ocasión con este Garzón, Baltasar; no resultó igual con aquel Garzón, Alberto. Pero si yo fuera Llamazares tendría mucho cuidadín con ese Garzón, tanto o más que con el otro.
Lo suyo hubiera sido el trío, encontrar por ahí un Melchor comunista -que los ha habido en nuestra intrahistoria reciente- y darle empaque a la tontería esa de la plataforma Actúa: "un nuevo proyecto político de izquierdas". Con su propio manifiesto que han dado en llamar, originalmente, "Por una política del Cambio" algo nunca oído, refrescantemente nuevo, con ce mayúscula que me ha permitido pasar un rato ayer tarde entre descojonado de la risa y llorando de la pena. El prodigio está aquí: http://actua.digital/wp-content/uploads/2017/04/Llamamiento-actua-2.pdf. Una sarta de simplezas, insultos a la inteligencia, sandeces, majaderías e insignificancias.
Antes incluso de que acudan a la urnas veremos cómo, tratando de seguir la estrella, acabarán estrellados.