9 de noviembre de 2018

La Maldad o Pedro Sánchez

Las palabras de un político, más aún su ideología, sólo se soportan si están en comunión con sus actos, con su manera de vivir y con sus relaciones personales. Todo lo que se aparte pertinaz y permanentemente de ahí es más que contradicción: es maldad. No hablamos de corregir errores o cambiar criterios o tácticas; se trata de la fiabilidad, del incumplimiento del compromiso, del engaño y la añagaza permanentes para alcanzar poder y mantenerse en él. Es decir, hablamos de ética. 

El resto de los mortales, salvo en el sacerdocio y algún desempeño profesional, podemos contradecirnos y actuar incoherentemente sin mayor transcendencia que la del ámbito personal o más próximo, de modo que la vida sigue, la sociedad no se resiente y nosotros quedamos como el culo. Et rien ne va plus.

De Pedro Sánchez, inelegido presidente del gobierno de España, se ha dicho por la parte contratada de todo lo más bonito ("gobierno bonito", incluso) y hasta la exageración. 

Por la parte colegiada, sus colegas socialistas, a lo más que se llega es al silencio o a reconocer su mediocridad ("pero es nuestro mediocre"). 

Por la parte contraria, tanto se ha dicho como se ha podido pero -así es nuestra derecha- deslavazadamente, sin apenas apoyo mediático, entre el caos, el disturbio o el aspaviento, con alguna excepción. 

Antes no se mencionaba a Pedro Sánchez, pero llegó él y arrancó con "usted no es decente" y nadie, ni siquiera el aludido, fue capaz de manifestarle que él diciendo lo que dijo y haciendo lo que hacía, precisamente eso que hacía, se mostraba como el modelo de la maldad política, el arquetipo de la indignidad y la perversión. Para juicios éticos, los juzgados o los confesionarios. Porque la decencia/indecencia es ética. Pedro Sánchez, a pesar de entrar así, como elefante en cacharrería o borracho en lupanar, perdió frente al no "decente".  

¿Mejor una imagen que mil palabras? Mejor una imagen y sus palabras y gestos para que, sin necesidad de adversarios, Sánchez se descalifique a sí mismo. 

Yo enlazo unos videos que deberían estar todos los días, mañana tarde y noche, abriendo los informativos de todas la televisiones para tratar de parar el camino a la ruina que nos está facturando este soberbio infame. No os deprimais demasiado y, si acaso y si os parece, compartidlos.