13 de febrero de 2020

El Vertedero

Voy por lo breve: se derrumba un vertedero en Zaldívar, dos muertos; se descubre uno ilegal en Sevilla, un vertedero letrina de una sociedad financiada y subvencionada durante decenios por el psoe andaluz, Manuel Chaves ¡cómo no! a la cabeza.

Este vertedero sevillano estaba rebosante; cientos de agujeros tapados con tierra que ocultaban plásticos, pilas de mercurio, bombillas y vidrios, todo el material que debían haber clasificado y reciclado en una planta que era una "central de gestión de residuos con vocación netamente ecologista para la protección del medio ambiente". Ya saben, una misión "netamente" progresista, para el desarrollo de la economía personal de los mandamases andaluces en la pomada.


¿Qué hemos hecho para permitir el ascenso al poder, al mando de nuestras vidas, de tanto estafador, tanto vago, tanta chusma y, a propósito, tanta basura? Con estos no podemos contar para el zafarrancho (pensiones, paro, fiscalidad...) y debemos conformamos con que no ensucien más.

Odio y amargura en el vertedero del Congreso y el Senado, ayer mismo, hoy mismo. Presuntos políticos, ellos y ellas, y políticas que son incapaces en sus personas y en sus programas de depurarse, siquiera como higiene personal, como aseo psicológico. Pero ¡ay! con esos las segundas oportunidades son inútiles, no cambian. En España, el político en general viene a contaminar nuestras vidas y a sanear él su economía; ni uno sale menos solvente de lo que llegó y casi todos muy enriquecidos.  

Tengo el convencimiento de que entre senadores y diputados -casi todos tóxicos, casi todos basura- son poquísimos, absoluta excepción, los elementos reciclables. Y es que las urnas -D'hont, listas cerradas- además no ayudan.